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La COP 25 es la COP de Chile … que se celebra en Madrid. Lleva ya unos días en marcha y se nota un cierto respiro. Las cosas van saliendo bien… ¡y eso que se ha montado prácticamente en 3 semanas ¡. Hay sensación de orgullo. Lo estamos haciendo bien como país anfitrión… in extremis. Y en esto la ministra, Teresa, y todas la empresas y organizaciones colaboradoras que están detrás, tienen mucho que ver. Ayer, en el paseíllo por los diferentes stands, entre ellos el del Grupo Español de Crecimiento Verde, se notaba satisfacción de país. ¡Chapeau¡. También en el pabellón de España, en la zona azul, donde celebrábamos un evento del GECV, se apreciaba el regocijo.

Otra cosa es lo que salga de las negociaciones de la COP, que es pronto para anticipar. Se oyen tambores que reclaman mayor ambición, neutralidad de carbono, apuesta por el 1,5ºC, precios al carbono y claridad en los instrumentos de mercado, concretamente en el artículo 6, del que ya se ha publicado un borrador, que se irá discutiendo durante todos estos días.

La premisa #time for action, se repite por doquier ó “Raising ambition together”, “Now is time to act for the planet”, “Momentun for change”, etc. La ambición se eleva a proponer limitar el aumento de temperatura en 1,5ºC. Recojo aquí algunas de las reflexiones al respecto  compartidas en diferentes sesiones de la COP:

•Neutralidad a 2050 o antes (Net Zero). El concepto de neutralidad ha entrado en juego, nunca antes se había dicho tan claro. Esto tiene importantes implicaciones para las empresas y los diferentes sectores ya que exige un cambio sin precedentes, pero aun posible. El sector energético ya lo tiene asumido. Pero para lograr la neutralidad propuesta, deben actuar también otros sectores. Así, el de automoción está en ebullición con las nuevas perspectivas de movilidad sostenible. Y no se llegará a la neutralidad sino contribuyen también sectores industriales como los de materiales intensivos en emisiones (cemento, aluminio, acero…), que deberán implementar procesos de producción limpios y otras medidas, si quieren formar parte del futuro.

•Precios del carbono y nuevas políticas. Muchos sectores deberán esperar un mayor precio para el carbono, que puede tomar diferentes formas: precio directo del carbono (global o regional), contribución climática para los sectores, ajustes de precio en la frontera, etc, y que deberán internalizar.  No habrá una única solución para conseguir el objetivo de neutralidad, habrá que contar con una combinación de diferentes opciones, manteniendo la neutralidad tecnológica. Así, en el sector de materiales se proponen medidas como mayor circularidad en los productos, mayor eficiencia, nuevos procesos de reciclaje, reutilización y reparación, sustitución de materiales, cambio a procesos menos intensivos en carbono o uso de tecnologías disruptivas. La compra verde por parte de la Administración será también un aliciente necesario para crear nuevos mercados e impulsar medidas novedosas, acompañada de apoyos para sufragar los costes incrementales iniciales.

•Finanzas climáticas. Las inversiones requeridas para alcanzar la neutralidad en 2050 y el objetivo de 1,5ºC serán muy importantes. Estos cambios solo serán posibles si hay una respuesta regulatoria consistente y a largo plazo que convenza a los inversores. Muchos de ellos ya están evaluando sus portfolios respecto a la huella de carbono. Pero invertir solo en sectores limpios no nos llevará a la neutralidad. Habrá que hacer limpios los sectores actúales más contaminantes. La taxonomía desarrollada por la UE es un primer paso, pero habrá que ser exigente para que no valga todo. Iremos aprendiendo sobre la marcha.

•Regulación estable, predecible y a largo plazo. Hace falta un marco regulatorio que aporte señales convincentes y que apoye el business case para acelerar la descarbonización. Medidas para exigir requerimientos de producto ( ej. restringir el uso de materiales producidos con procesos intensivos en carbono, dirigir el diseño de productos, …) podrían acelerar la transición. Pero no todo podemos fiarlo a la regulación, hará falta también una mentalidad abierta a nuevos escenarios. Si hay señales claras, los inversores irán por delante de la regulación, y esto ayudará a los “first movers”.

•Resiliencia y transición justa. Las empresas deberán estar preparadas para el posible impacto económico del cambio climático en sus activos y en sus cadenas de aprovisionamiento. Algunas de las soluciones vendrán de la Naturaleza, por ejemplo de los bosques, capaces de absorber CO2. Comienza a hablarse de “activos bloqueados“ también en los bosques; es decir, bosques que se recalifican para otros usos pero cuya función principal será la de reguladores del clima en el futuro. Y todo este proceso de cambio, bajo un concepto de transición justa que sea capaz de reequilibrar los desequilibrios de riqueza existentes.

Comenzaba preguntándome ¿para qué servirá la COP 25? Por ahora nos está posicionando como país anfitrión que ha sabido responder ante una necesidad ¡no está mal¡. Pero, además, el enorme talento internacional congregado en discusión, abierta o cerrada, de gobernantes, empresas y sociedad civil pidiendo ambición, inclusividad, claridad …podría ayudar a movilizar acciones.

Se ha declarado la emergencia climática y es tiempo de actuar ya. Y no hay tiempo para esperar más. Un mensaje claro me gustaría dejar a las empresas: si no lo han hecho ya, es momento de incorporar la variable climática en las reflexiones estratégicas de negocio a largo plazo. Quien no sepa reconocer las señales actuales puede desaparecer en el futuro. Esto no es una cuestión de derechas o izquierdas, es una cuestión de economía, de entender el entorno, pensar en el largo plazo y saber adaptar el negocio en consecuencia.

Mariluz Castilla Porquet

Sustainability Senior & Board Advisor

Email : sostenibilidad@mariluzcastilla.com

Blog : www.mariluzcastilla.com